A continuación les comparto una microhistoria creada por mi denominada "La princesa de la vergüenza"

12.10.2021

Un cuento sin tanto invento

El cuento que le metieron a mi madre "La princesa Beatriz" por nueves meses

Había una vez una princesa llamada Beatriz, ella hija de unos reyes muy conservadores.

La princesa, reclamaba a gritos su libertad, esa libertad tan anhelada por tantos jóvenes que desean arriesgarse a vivir con cada latido de su corazón.

La princesa se escapaba algunas noches de sus padres, en medio de esas noches conoció a un hombre del pueblo quien no tenía riquezas materiales, pero quien conquistó a Beatriz con sus poemas en las noches del cielo estrellado acompañadas siempre de una guitarra.

Allí empezó el amor, ese amor pasional de una joven que llegó a sentirse amada sin importar que esos actos de amor se dieran en los más inhóspitos lugares totalmente distintos a la cómoda y refinada cama de telas finas e hilos bordados por las mejores costureras del pueblo.

Las consecuencias de tanto amor dejaron como resultado en embarazo a Beatriz, quien le confesó al joven artista que serían padres. Ante la repentina noticia la princesa le propuso al hombre que huyeran del reino, -él le dijo que si, que la esperara en la plaza del pueblo a las 3 de la madrugada, y así fue, ella alistó todo para emprender una nueva vida, corrió hasta el lugar acordado pero el hombre a quien el título de hombre le quedaría grande hasta hoy dado que nunca apareció.

La princesa Beatriz en medio del desconsuelo espero hasta las 10 am pensando que el "hombre" iba a llegar, con lagrimas en sus ojos retornó al palacio decidió contar la fatídica noticia a sus padres quienes sin pensarlo la echaron del reino como la vergüenza más grande de la familia.

Beatriz sin tener un destino fijo, decide irse del reino y logró llegar a un nuevo pueblo donde nadie la conocía, donde se sentía segura de no ser la burla de nadie, emprendió un negocio de vender comida con los alimentos que los campesinos le proveían de primera mano, luego con el tiempo decidió aprender sobre cuidados capilares y cortes de cabello, esto le permitió gozar de la aceptación de los miembros de la comunidad.

Por un buen tiempo no supo nada de sus Padres los reyes, se dedicó a construir su hogar sola con su embarazo como muchas mujeres que engalanan su alma con una coraza, de esas tan fuertes como las usan los espadachines en las luchas.

La exprincesa Beatriz, mas conocida como la princesa inmoral luchó por nueves meses contra el monstruo de la vergüenza, su hijo nació y decidió ponerle Mario Alejandro dado que le sonaba musical, sonoro y digno nombre de príncipe galán. 

"...Nuestra esclavitud a las emociones sociales negativas al menos nos protege de la responsabilidad de ser creadores de nuestras propias vidas o cocreadores del mundo". En la esclavitud real bajo pena de muerte, al menos no necesitamos asumir ninguna responsabilidad real por nosotros mismos, más allá de la obediencia. En la esclavitud a la culpa, no necesitamos construir nuestra propia moralidad. En la esclavitud de la vergüenza, no necesitamos encontrar nuestro propio camino en la vida; solo cumplir con lo que los vecinos puedan pensar. Y en la esclavitud a la Sklavenmoral, no necesitamos asumir la responsabilidad de nuestros propios sueños y aspiraciones más elevados, de nuestra voluntad de poder, de nuestro anhelo de creación y trascendencia

Hanzi Freinacht

© 2021 El blog de Mario Alejandro Correa Mendoza
Didáctica para la paz  y la convivencia
Maestría en Docencia mediada por las TIC 
Universidad San Buenaventura Bogotá 
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